La Justicia reconoce que José María Íñigo falleció por la exposición al amianto en los estudios de TVE

La Justicia reconoce que José María Íñigo falleció por la exposición al amianto en los estudios de TVE

La Justicia reconoce que José María Íñigo falleció por la exposición al amianto en los estudios de TVE

La sentencia del Juzgado de lo Social de Madrid confirma que la muerte del presentador José María Íñigo fue consecuencia de la exposición prolongada al amianto durante su trabajo en RTVE, siendo reconocido como enfermedad profesional.

José María Íñigo falleció debido a la exposición al amianto en RTVE

**El Juzgado de lo Social de Madrid ha reconocido que la causa del fallecimiento del conocido presentador José María Íñigo fue la *exposición al amianto* durante su relación laboral con RTVE, una sentencia que representa un hito para los trabajadores expuestos a este material peligroso en el ámbito laboral.** Esta decisión se produce tras una larga batalla judicial llevada a cabo por los herederos de Íñigo, que buscaban justicia tras el fallecimiento del presentador en 2018.

Exposición al amianto y desarrollo del mesotelioma

La sentencia, a la que ha tenido acceso la agencia EFE, señala que existen «elementos sólidos» que vinculan la muerte del presentador con su trabajo en los estudios de Prado del Rey de RTVE, donde estuvo expuesto al amianto. Este material, ampliamente utilizado durante décadas en la construcción y en el aislamiento acústico de los estudios, fue la causa del mesotelioma maligno pleural, un tipo de cáncer poco común relacionado de manera significativa con la exposición al amianto, del que fue diagnosticado José María Íñigo en 2015.

El presentador, famoso por su participación en programas emblemáticos como «Directísimo», «Fantástico» y «Estudio Abierto», trabajó en estos estudios durante los años 70 y 80, épocas en las que el amianto todavía era usado sin las restricciones de seguridad que actualmente conocemos. Durante esos años, Íñigo y otros trabajadores de los estudios estuvieron sometidos a la liberación constante de fibras de amianto debido al aislamiento acústico empleado en la infraestructura del Estudio 1, que provocaba que el polvo cayera sobre los equipos y personas presentes.

Un fallo histórico y las implicaciones para RTVE

El fallo judicial ha establecido que la pensión de viudedad de la esposa de Íñigo deriva de una enfermedad profesional, lo cual sienta un precedente importante para futuros casos similares. La Corporación de Radio y Televisión Española, la Mutua Fraternidad Muprespa, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y la Sociedad Española de Radiodifusión S.A. fueron los demandados por la familia del presentador.

El proceso lo inició el propio José María Íñigo antes de fallecer, y fue continuado por su familia tras su muerte. La exposición al amianto se produjo en los estudios de Prado del Rey, donde se utilizaron materiales de aislamiento friables, que podían ser disgregados o reducirse a polvo con facilidad, siendo este polvo altamente peligroso al inhalarse. RTVE no comenzó con los procesos de desamiantado hasta la década de los 2000, cuando ya era tarde para muchos de los empleados que habían estado expuestos durante años.

Consecuencias y acciones a futuro

El reconocimiento por parte de la Justicia de que la muerte de Íñigo fue una consecuencia directa de la exposición al amianto supone una llamada de atención para mejorar las condiciones laborales y las medidas de seguridad en los centros de trabajo. Si bien RTVE inició el desamiantado en 2003, tomando muestras ambientales y concluyendo la necesidad de eliminar el amianto, estas medidas llegaron tarde para Íñigo y otros trabajadores.

La resolución aún no es firme y se puede presentar un recurso de suplicación ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. **Este fallo, sin embargo, ya es un paso crucial hacia el reconocimiento de la *responsabilidad de las empresas* en la seguridad de sus empleados y el daño irreversible que puede causar el amianto.**

La historia de José María Íñigo es un recordatorio de los peligros que supone la exposición a materiales tóxicos y la importancia de exigir entornos de trabajo seguros para todos los empleados.

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